SEGURIDAD CONTRA INCENDIOS Y LA IMPORTANCIA DE LA SECTORIZACIÓN CONTRA EL FUEGO

INTRODUCCIÓN

Mucho se ha escrito sobre ése milagro tan simple pero tan complejo que llamamos fuego, la mayoría de las veces se trata de estudios llevados a cabo sobre aquellos fenómenos termodinámicos que están presentes en algunos modelos de incendios, y que tienen como finalidad la educación de los equipos profesionales destinados a su combate.

También hay mucho material para la educación de las brigadas de evacuación, lucha contra el fuego y otras especiales.


Pero hay áreas en seguridad contra incendios que no están tan difundidas pero que tienen una importancia fundamental en la prevención, contención y seguridad contra incendios, me refiero a la Protección Preventiva y la Protección Pasiva.

Sabemos que el campo de la seguridad contra incendios se compone fundamentalmente de cuatro áreas:

-      Protección Preventiva o Prevención
-      Protección Pasiva
-      Protección Activa o Extinción
-      Protección Humana o Evacuación

Las dos últimas son las que más se encuentran difundidas y por lo general son las más conocidas porque en la mayoría de los casos, la formación en seguridad contra incendios para brigadistas y personal, en general centraliza su atención sobre la extinción y sobre los planes de evacuación, pero es poco frecuente que se toquen temas relacionados con la seguridad pasiva contra el fuego, algo mejor se encuentra el tema “prevención de incendios”.

Sin ninguna duda que cualquier esfuerzo que llevemos a cabo para prevenir el inicio de un foco de fuego jamás nos permitirá llegar a la seguridad absoluta, por tal motivo los diferentes métodos de evaluación del riesgo deberán ser objetivos y llevados a cabo con el tiempo suficiente y absoluta responsabilidad. El siguiente trabajo centraliza la importancia de los llamados Sectores de Incendios y su relación directa con la Seguridad Humana

LA EVALUACIÓN DEL RIESGO DE INCENDIO Y LA PROTECCIÓN PASIVA

A menudo los profesionales en Seguridad contra Incendios solemos detectar durante el desarrollo de los estudios específicos de Evaluación de los Riesgos de Incendios, ya los llevemos a cabo en industrias, comercios, escuelas, edificios de oficinas o los destinados a viviendas, algunas desviaciones de singular importancia respecto del cumplimiento de las normativas específicas en varios puntos que son más o menos recurrentes dentro de todos esos lugares, que muchas veces no se contemplan responsablemente e inclusive pasando en algunos caso hasta desapercibidas.

Sabemos perfectamente que una buena Gestión en Seguridad contra Incendios no se limita solamente al estudio de la carga de fuego y posterior selección de los sistemas extintores adecuados al riesgo detectado, sino que son evaluados también otros puntos de especial importancia sobre todo aquellos que involucran la Seguridad Humana.

Con el estudio de la carga de fuego en muchas casos se intenta conocer principalmente los valores de la energía térmica que en caso de incendio se alcanzarían dentro del lugar estudiado, pero muy pocas veces se evalúan los materiales presentes en cuanto a su relación con el índice de generación de humos, siendo éste un dato increíblemente importante.

Entonces la seguridad contra incendios deberá involucrar en los estudios sobre evaluación del riesgo muchos otros factores que deberán ser analizados para poder llegar a controlarlos, modificarlos y si se puede hasta eliminarlos por el potencial peligro hacia la seguridad humana.

LA SECTORIZACIÓN CONTRA EL FUEGO Y SU IMPORTANCIA

La tecnología hoy se encuentra avanzando exponencialmente en todos los aspectos de la industria, ofreciendo soluciones tecnológicas impensadas hasta no hace muchos años, la aparición de nuevos materiales, la aplicación de productos químicos sobre estructuras portantes (coberturas intumescentes), paneles minerales y seccionadores que reaccionan al fuego bloqueando huecos, pasos de cables y demás, son ejemplos, en el caso de la protección pasiva, de los nuevos recursos a los que podemos acudir para brindar soluciones en protección contra incendios.

Como complemento de todo lo anterior, no es menos importante el hecho de analizar las características edilicias y los materiales que forman parte del llamado “Continente” (el edificio en sí mismo sin mobiliarios), y actuar al respecto adecuando todo el conjunto a las legislaciones que fueran de aplicación.

En éste marco, los fundamentos de la Protección Pasiva nos definen precisamente a los elementos de protección pasiva, a “Aquellas piezas diseñadas, producidas e instaladas de forma permanente dentro de cualquier volumen arquitectónico y que no actúan en forma directa sobre el foco del potencial peligro, en nuestro caso el fuego, sino que desarrollan labores de Compartimentación y Sectorización, tanto en forma horizontal como en forma vertical”.

Estas herramientas están enfocadas a generar espacios estancos llamados SECTORES DE INCENDIO, los cuales tienen como principal misión reducir la incidencia del fuego en estas zonas permitiendo la evacuación a través de pasillos seguros y concediendo un tiempo vitalmente necesario para la llegada de los equipos especializados en la respuesta ante el fuego.

Por supuesto que el éxito de éstas dos acciones depende en gran medida, de la calidad y el grado de resistencia al fuego de todos aquellos elementos que componen estos sectores.
Por ejemplo, los cableados, las tuberías, las aberturas cortafuegos, los elementos de decoración, el tipo de pinturas y barnices utilizados, los cielorrasos, mamparas separadoras, aberturas, alfombrados, etc.

Una vez iniciado el incendio y debido a la gran presión generada por el incremento de la temperatura, la velocidad de avance del frente de llamas puede alcanzar velocidades mayores a los 10/15 metros por segundos y temperaturas del orden de los 1.000 ºC, y es por ésta razón la importancia que tiene el control riguroso y detección de posibles defectos sobre todos éstos elementos ya que cualquier desvío en los estándares que deben respetar, incrementará exponencialmente tanto la velocidad del frente de llamas como la temperatura alcanzada.

Los controles deberán centrarse tanto en la calidad de los materiales, su resistencia al fuego natural o incrementada (con elementos que retarden su combustión) y sobre todo la correcta instalación de esos elementos dentro del edificio.

Estos controles tendrán dos tipos de efectos muy diferentes dependiendo del momento en que se lleve a cabo el estudio, dentro de la etapa de diseño arquitectónico del edificio, o una vez concretada su construcción (sobre todo en edificios con cierta edad) ya que en éste último caso las modificaciones por lo general estarán muy condicionadas.

De todas maneras y aún en edificios viejos, podemos utilizar muchos elementos de última tecnología y probada eficacia, para dotar a los elementos del continente, de una resistencia cierta que pueda llevar al cumplimiento de lo exigido en las legislaciones de aplicación.
Hay muchos métodos, elementos y técnicas de aplicación para lograr incrementar la resistencia al fuego de los elementos combustibles del continente, entre otros, tratamientos con pinturas y barnices intumescentes, sellados de huecos con almohadillas ignífugas pasivas y reactivas (también intumescentes), resinas, collarines, juntas, particiones vidriadas cortafuegos, compartimentación de galerías de servicio con morteros de protección contra fuego, conductos con sacos antifuego, y muchos más.

Las aberturas deberán responder, tanto puertas como ventanas, a los requerimientos de las normas en cuanto al tiempo que deben garantizar su estabilidad y resistencia ante la exposición al fuego, las paredes también deben cumplimentar todos estos requisitos.

Ahora bien, todos estos requerimientos están indicados en los códigos de edificación, los reglamentos y leyes de seguridad zonal, y también las normas internacionales de referencia que indican, para cada tipo de actividad, los valores de resistencia de todos los elementos que componen la arquitectura del edificio.

Pero de nada servirán todas éstas precauciones si realmente no se llevan a cabo las compartimentaciones de los sectores de incendio en forma adecuada, es decir, de nada servirá la inversión en puertas cortafuego y pinturas retardantes de llama, si existen conductos que comunican sin protección dos sectores continuos, al igual que dos niveles diferentes que están comunicados por huecos de ascensores, escaleras o conductos de cableados sin protección.

Por ésta razón la importancia de la compartimentación y la creación REAL de sectores de incendios requiere, por parte de los profesionales en seguridad contra incendios, de evaluaciones y estudios responsables e independientes de cualquier otro interés arquitectónico teniendo como absoluta prioridad, la SEGURIDAD HUMANA.

Ahora bien, sabemos que existe infinidad de edificios muy antiguos que no permiten la aplicación de las modernas técnicas de protección por ejemplo, quizás el más recurrente, las cajas de escaleras que comunican a todos los niveles y sin ningún tipo de compartimentación, en este caso tampoco es posible ser prácticos en el empleo de herramientas o elementos para lograr la estanqueidad ya que se necesitan de grandes modificaciones y engorrosos sistemas imposibles de implementar por falta de espacio (acceso a los ascensores, aislación de escaleras), o francamente inviables económicamente.

Evidentemente que en estos casos se deberá centralizar la seguridad contra incendios en la PREVENCIÓN minimizando al máximo los elementos del continente que sean inflamables, capacitando a todos los ocupantes del lugar sobre seguridad contra incendios y uso de elementos extintores y fundamentalmente llevar un estricto programa de inspecciones contra incendios centralizando los controles sobre los servicios eléctricos comunes y privados del lugar, las instalaciones de gas, el manejo de residuos y algo muy importante, la acumulación de objetos en desuso en sótanos o boxes.

Algunas soluciones brindan protección utilizando rociadores en los lugares comunes, extintores especiales y hasta sistemas automáticos de detección, pero esto forma parte de la protección ACTIVA no siendo el caso del presente trabajo.

La compartimentación entonces, es la técnica que más ayudará a la seguridad de las personas en caso de incendio, logrando la evacuación del lugar en forma rápida y ordenada y aislando, dentro de lo posible, el foco de fuego en el sector de incendio hasta la llegada de Bomberos.

Recordemos entonces la importancia del minucioso estudio del lugar a proteger y sectorizar no dejando nada librado al azar, a veces los detalles son quizás los culpables de la falla de los sistemas de protección.

Carlos Alberto Lestón

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