Recientemente se produjo en el área del mega-yacimiento de Vaca Muerta, en
la provincia de Neuquén, República Argentina, un accidente que originó la
salida descontrolada del flujo de gas natural desde la boca de un pozo de
perforación, que en principio fue un escape sin fuego por lo que debido a que
el gas natural es más liviano que el aire, sólo provocó el aislamiento del
lugar y estudiar la manera de detener el escape ya que el fluido se disuelve en
el aire sin mayores consecuencias.
Pero por causas desconocidas aún con certeza, el panorama cambió
drásticamente cuando el escape tomó fuego provocando un dantesco panorama que
afectaba las instalaciones y equipos cercanos, y complicó el incidente
originando el total descontrol del operativo para lograr detener el flujo de
gas.
Las crónicas del hecho cuentan lo siguiente:
"La fuga en el pozo exploratorio
LLLO X-2 comenzó el sábado 7 de Septiembre y en la madrugada del domingo 8 se
declaró el incendio.
La situación recuerda a lo sucedido en 2013 en la
localidad de Plottier, cuando ardió un pozo de gas ubicado a poco metros de un
plan de viviendas. En aquella oportunidad tardaron cinco días en controlar las
llamas, también intervinieron especialistas llegados desde Estados Unidos”.
; line-height: normal; margin-bottom: 7.5pt; text-align: justify;"> Este tipo de episodios es relativamente frecuente dentro de la industria petrolera, normalmente se tratan de accidentes menores y locales de poca intensidad, no obstante tienen la potencialidad como para provocar lesiones por flamazos o explosiones de mediana intensidad al personal operativo.
Si bien existen diversas normas de seguridad emitidas por organismos como
API y en cierta forma por NFPA, respecto a los incendios en pozos petroleros
(por extensión a los de gas), no están claras las aplicaciones normativas
respecto al combate de éstos incendios.
Los avances en perforaciones y exploración de gas y petróleo, tales como la
perforación direccional y fracturación hidráulica (fracking), han
generado un exponencial aumento en las actividades de extracción de gas y
petróleo en la zona del yacimiento y el futuro indica que otros mega-yacimientos estarán pronto
a ser explotados (Los Monos en el norte argentino, quizás el mayor
yacimiento de gas natural no convencional del mundo, unos 1.350.000 km2,
Claromecó en la provincia de Buenos Aires, la zona del litoral argentino desde
Misiones, Chaco, Formosa, Corrientes, Santiago del Estero y Entre Ríos,
Comodoro Rivadavia, la cuenca del Golfo en la zona de península Valdez, en
Mendoza, Santa Cruz y demás).
Es decir, como matriz energética esto es fabuloso para el país, pero nos
vamos a pegar la cabeza contra la pared cuando tomemos conciencia de lo exigua
que es nuestra capacidad de respuesta ante accidentes como el relatado,
deberemos saber que las posibilidades de incendios en pozos de perforación se
están multiplicando.
Los organismos de respuesta ante incendios locales, en su gran mayoría
dotados de personal voluntario y capacitado principalmente para el combate de
incendios estructurales, suelen no estar familiarizados para nada con estas
actividades y procesos que se originan.
Los cuerpos de bomberos por lo general no cuentan con el agua en cantidad,
ni los equipos especiales, ni bomberos con capacitación o experiencia
suficientes para hacerle frente a incendios cuando se concentra una cantidad
tan extensa de material inflamable en una misma área.
Los bomberos necesitan enormes cantidades de agua y agentes extintores
especiales como espumas para extinguir el fuego o polvos químicos, pero por lo
general no cuentan con nada de esto en el lugar del hecho, las
dotaciones de emergencia deberán esperar la colaboración de camiones cisterna que
lleguen con significativas reservas de agua, y deberán transportar también una
gran cantidad de espumas y agentes químicos.
Para un cuerpo de bomberos más acostumbrado a combatir incendios
estructurales, y en todo caso forestales o de transición, no solo no cuentan
con los supresores adecuados en cantidad y forma, sino también una absoluta
falta de capacitación, equipos y enfoques tácticos correctos para manipular éstos
tipos de incendio de forma más segura y efectiva.
Un accidente con gas por lo general presenta 2 posibilidades, un escape
(direccionado o no) sin presencia de fuego, o un escape con fuego, en ambos
casos la pericia operativa es fundamental, como regla general, si está apagado
hacer todo lo posible para evitar la ignición, si está prendido, proteger los
alrededores de la radiación del calor. Nunca cambiar voluntariamente el
escenario, a nadie se le ocurriría soplar una hornalla de la cocina sin cerrar
posteriormente la llave.
Estos tipos de eventos son verdaderos desafíos para los equipos y para los
profesionales a cargo, por lo general se acciona sobre la marcha por no contar
con protocolos de intervención debiendo, como ya vimos, recurrir a
especialistas extranjeros.
Tengamos en cuenta que el combate de incendios regular y el combate de
incendio industrial son dos escenarios absolutamente diferentes, nadie puede
ingresar a combatir incendios en pozos si no se está preparado, capacitado y
entrenado para hacerlo, desafortunadamente no contamos con lugares o escuelas que
puedan desarrollar capacitaciones y entrenamientos en éste segmento, tampoco
hay demasiada información al respecto.
El hecho de que las actividades de perforación comiencen a proliferar por
todos lados requiere que empecemos a analizar de qué forma prepararnos para
actuar de la mejor manera posible, con equipos y materiales adecuados y
personal calificado debidamente entrenado.
Normativa
En cuanto a la normativa existente
para las zonas de perforación de gas y petróleo es en extremo compleja, el
Instituto Americano del Petróleo (American Petroleum Institute, API) es quien
establece las normas de seguridad al respecto y ha desarrollado un conjunto de
pautas y recomendaciones para que las empresas a cargo de las instalaciones
lleven a cabo conjuntamente con los equipos de emergencia locales y coordinar
con ellos las actividades de emergencia.
De todas maneras no se cuenta con un conjunto de normas específicamente
diseñadas para la industria del gas y petróleo aunque la OSHA (Occupational
Safety and Healt Administration) tiene reglamentaciones para dichos lugares.
Se estima que entre un 20 y un 30% de todos los accidentes en zonas de
pozos son causados por explosiones o combustiones súbitas, por tal motivo OSHA
cuenta con normas que buscan evitar ésos eventos en zonas de perforaciones y
las lesiones relacionadas con los incendios, la creación de rutas de escape y
acciones de respuesta ante emergencias, API también tiene sobre prevención,
pero nada sobre el combate propiamente dicho.
NFPA no cuenta con códigos específicos para tratar las zonas de perforación
de gas y petróleo, existen varios documentos que contienen cláusulas que pueden
aplicarse en las zonas de perforación.
Por ejemplo, el código NFPA 30, Código de Líquidos Inflamables y
Combustibles, describe cómo deben construirse los tanques de almacenamiento
de combustible y la distancia que deben tener con los edificios y rutas. OSHA
cuenta con un listado de normas de NFPA que se aplican a la industria del gas y
del petróleo, que incluye NFPA 30 y otros nueve, entre ellos NFPA 1, Código
de Incendios; NFPA 101®, Código de Seguridad Humana;
NFPA 400, Código de Materiales Peligrosos; y NFPA 2113, Selección,
cuidado, uso y mantenimiento de prendas resistentes a las llamas para la
protección del personal industrial contra la combustión súbita.
Otros códigos que no figuran en el listado de OSHA, como NFPA 11, Norma
para espumas de baja, media y alta expansión, también podrían aplicarse a los
incendios de pozos.
A pesar de que API y varios otros órganos de reglamentación cuentan con
normas, no existe un único conjunto de normas en un lugar para que los
profesionales puedan llegar a consultar.
A pesar de todo, no existen pautas sobre cómo debe responder la
industria en caso de incendio. Algunas empresas de perforación
cuentan con equipos y personal para el combate de incendios en sitio, pero
incluso en estos casos los cuerpos de bomberos locales cargan con la
responsabilidad en el caso de emergencia.
¿Qué podemos hacer?
Pienso que como primer paso, deberá investigarse acerca de cómo prepararse
para combatir incendios en pozos en zonas de perforaciones, contactando a las
empresas, conociendo sus instalaciones, ver qué tipo de materiales y equipos
tiene y de qué manera complementarlos con los propios.
De ésta forma se tendrá un panorama mucho más realista y también saldrán a
la luz las verdaderas necesidades y comenzar con la ardua lucha de
aprovisionarse de ellas, algo costoso y siempre difícil.
En otro orden el tema hoy en día es mucho más complejo además por otros
elementos que fueron apareciendo en los emplazamientos, concretamente en los de
fractura hidráulica, que cuentan entre otras cosas con líquidos inflamables,
biocídas, ácidos, barros residuales inflamables, además de innumerables
cantidades de vehículos de todo tipo que pueden actuar como fuentes de
ignición.
Otro tema a considerar es que las zonas de perforación casi siempre se
encuentran alejadas de los centros urbanos, por lo que el traslado de equipos
es bastante más complejo, costoso y lento, y un tema no menor es que en caso de
incendios se requiere la utilización de enormes cantidades de agua no siempre
disponible en esos lugares, a pesar de que en el fracking se cuenta con grandes
reservas para las operaciones no siempre disponibles para extinción.
Es fundamental comenzar a diagramar distintos esquemas de formación que
apunten en una primera etapa al conocimiento de la industria, cuales son las
distintas etapas, cómo y porqué se usan los productos químicos, como se tratan
los residuos barrosos residuales, cual es el comportamiento de los distintos
combustibles involucrados y los posibles escenarios que pueden producirse en
las áreas en cuestión.
Convocar a especialistas experimentados y crear comités de profesionales
para analizar la problemática específica, y llegado el caso proponer normativas
locales los establecimientos normativos (IRAM, por ejemplo).
En forma paralela, complementar la formación teórica con el entrenamiento
en campo, pero para ello hay que diseñar instalaciones acordes y laboratorios
experimentales donde trabajar diferentes alternativas para dar con los mejores
productos y con una adecuada respuesta operativa recomendando protocolos de
actuación siempre dentro de los límites de seguridad requeridos.
De nosotros depende la forma en que daremos respuesta a éstos nuevos
desafíos en Seguridad contra Incendios en la industria del gas y petróleo
frente a la nueva matriz energética que ya está a pleno y en funcionamiento.
Prof.:
Carlos Alberto Lestón
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